El retrete, dispone en su parte superior de un grifo en el que lavarse las manos después de utilizarla en menesteres en los que quizás se pueda manchar. Debajo del chorro de agua, se posiciona una pastilla de color azul que supuestamente hace algo para desinfectar y dar buen olor, además color azul al agua, que mola mucho. Está metida dentro de una bola de plástico con agujeros en forma de corazón, para que no le de el agua directamente y dure más. Cuesta unos 250 yen en cualquier droguería.
La Consola de Control Avanzada del WC (CCAWC para abreviar) dispone de cuatro leds verdes y uno naranja. El primero se enciende si te sientas. El segundo, se enciende cuando el agua está caliente (que además, calienta el retrete, no viene del calentador de gas de la casa). El tercero, es la taza, si está preparada para calentarse.
Siguiendo con el CCAWC, el siguiente indicador es el del deodorizante poderoso del que he hablado antes. El botón del mismo, está justo al lado, lo que indica que los ingenieros de este retrete entienden mucho de usabilidad y han provisto al mismo de una interfaz cómoda e intuitiva. Por último, llega el modo ECO, un led que está encendido cuando el modo está activado, y que consiste en no tener la taza caliente todo el tiempo si nadie se sienta. Cuando el detector de personas detecta que alguien se sienta, la taza se calienta en pocos segundos, y mientras no detecta nada, el retrete no consume energía innecesariamente, para emitir menos CO² a la atmósfera.
PROBLEMAS DEL WC ELÉCTRICO:
Ha salido a la luz pública una noticia en la que se narra como un retrete fabricado por una de las marcas más populares de Japón, INAX, sale ardiendo en llamas. Parece ser que además no es la primera vez (desde 1991, nada menos 152 retretes han entrado en combustión) y que las razones son varias, desde defectos de fabricación a mal uso. El fabricante se ha ofrecido a inspeccionar 660.000 retretes eléctricos gratuitamente para investigar la razón de las deflagraciones
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